desde Macondo

Lecciones para escribir de Gabriel García Márquez

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Había comenzado a llover a cántaros en Macondo. Jamás imaginé que serían 10 horas exactas desde la primera hasta la última gota. Las 10 horas que tuve para hacerle una entrevista sobre el arte de escribir a Don Gabriel García Márquez (a quien llamaré “GGM” en el resto de la entrevista). Su tupido bigote y sus lentes de pasta brillaban bajo el cielo opaco en la enramada de su casa macondiana. Yo estaba nervioso y los problemas aparecieron apenas nos sentamos para la entrevista.

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Cuando me vio intentando revivir mi grabadora, hizo un gesto antipático, como diciéndome que no la necesito.  “¿Para qué la quieres?” me preguntó. “Sentarse a escribir es sentarse frente al oráculo del inconsciente. Una lucha de dos mundos que nos ayuda a extraer los mejores textos que llevamos por dentro”.  Mientras lo miraba estupefacto, me dijo antes de estallar en carcajadas: “Una grabadora no hará tu trabajo, a menos que esa grabadora también escriba”.