Nunca me debato entre escribir artículos largos o cortos. Por defecto hago los primeros: como verás cuando termines este post, escribo una idea que luego me lleva a otra y luego a otra. Así termino con un rompecabezas gigante para armar. Me da moméntum, ritmo y orgullo cuando los termino.
Por otro lado, me da mucha pereza escribir algo corto.
Para tener el mismo efecto de un texto largo, los escritos cortos requieren más trabajo: más reflexión, más edición y más contundencia en su mensaje.
Una novela es una conversación con un amigo por la avenida; un cuento es un susto en una esquina.
No recuerdo de quién es esta cita (y Google no me lo ha dicho tampoco)
Estas dos maneras de escribir nos muestran dos tipos de personalidades.
Como escritores y emprendedores necesitamos saber cuándo actuar con alguno de los dos modelos:
1. Rápido, ineficiente e imperfecto
Estamos los que nos da satisfacción finalizar cada día con algo terminado. Algo suficientemente bueno, pero no perfecto. Fluir a diario.
2. Lento, con reflexión y perfección
Luego estamos los que lo preferimos perfecto, sin importar el tiempo que demore. Nos contentamos con mirar atrás y ver la perfección de lo que realizamos.
No es por error que me incluyo en los dos grupos. Son dos maneras diferentes de hacer las cosas, sí, pero no son exclusivas la una de la otra.
La perfección del segundo modelo viene del trabajo del primero. La gran diferencia es que la obra demora más según su funcionalidad o estado final.
La empresa que nació con un tuit (y una ejecución rápida)
Un día Elon Musk — el emprendedor detrás de Tesla y SpaceX entre otras— pensó en una solución para el engorroso tráfico de Los Angeles.
Lo que tuiteó parecía un chiste: crear un corredor subterráneo exprés entre dos puntos.
«El tráfico me está volviendo loco. Voy a construir una máquina excavadora de túneles y comenzaré a cavar», dijo en su tuit.
Los expertos le habrían dicho a Elon que para «probar» la operación en uno de los terrenos de sus empresas demorarían un par de semanas.
Musk respondió lo siguiente:
Empecemos hoy (era un viernes) y veamos cuál es el agujero más grande que podemos cavar hasta el domingo por la tarde.
Investopedia
En un fin de semana habían logrado cavar un agujero de 9 metros de ancho, 15 metros de largo y 5 metros de profundidad.
Un hueco llevó a otro hueco y así nació «The Boring Company», una empresa que hoy está evaluada en casi 1 billón de dólares y tiene 4 proyectos en planeamiento.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
A veces necesitamos movernos rápido.
Si tienes todos los recursos a mano y el riesgo es poco, ¿para qué esperar? Hazlo rápido. El tiempo de ejecución te ahorra la oportunidad de costo.
En el caso del escritor un post llevará a otro post, que poco a poco te ayudará a tener un cuerpo de trabajo por el que serás reconocido/a.
En el caso del emprendedor cada pieza irá armando el negocio.
Pero si aún no tienes todo lo que necesitas y quieres más información para tu obra maestra, tómalo con calma. Tienes tiempo.
¿Cuál es el modelo correcto para el momento?
Los textos así como los emprendimientos tienen su propio tiempo. Algunos son rápidos, otros requieren más maduración.
La cuestión está en identificar en qué momento estamos y cuál es la decisión acertada. Esa es la parte difícil, porque cada situación es única y no tenemos nadie que nos pueda decir cuál es la forma correcta de actuar.
Si leiste mi mantra de productividad personal, sabes que mi preferencia personal es la fórmula «hacer > todo lo demás». Le doy prioridad al movimiento. Si quieres que algo se muera, déjalo quieto.
Pero cuando es hora de moverte, ¡muévete!
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Hasta la próxima semana,
Flavio
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La foto la tomé en el parque The Hermitage en Dunkeld, Escocia.
Juan Carlos Giraldo Restrepo
Hola Flavio, me gusta el ritmo de tus textos. Soy académico y me encantaría aprender a escribir como tú algún día. Como tú, mi onda es fluir mientras trabajo y en compañía de mi familia. Gracias por tu entrada, ¡me ha sido muy útil! Saludos desde Colombia.
Flavio Amiel
Hola Juan Carlos. A los académicos nos cuesta más. Es cuestión de soltar esa rienda. Una recomendación que te puedo hacer es que escribas sobre cosas cotidianas. La historia de tu familia. La historia de unas vacaciones. Poco a poco se va aflojando esa pluma 😉